miércoles, 1 de junio de 2011

"El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional" Buda


El dolor y el sufrimiento son parte de la vida, pero en ocasiones, sufrimos innecesariamente.
Generalmente utilizamos dolor y sufrimiento como sinónimos.
Sin embargo, para poder manejarlos adecuadamente, es importante entender la diferencia.

El dolor emocional, es el sentimiento negativo que surge ante determinadas situaciones o problemas, generalmente relacionadas con una pérdida o con un problema que nos afecta de manera importante.

Surge en el instante en que somos heridos física o emocionalmente.
Es una sola emoción, su duración es relativamente corta y es proporcional al evento que la produjo.





Por ejemplo:
Hablamos de dolor emocional, cuando nos referimos a una profunda tristeza ante la pérdida de un ser querido.
Hablamos de sufrimiento, cuando dicha tristeza se convierte en una depresión que dura varios años y que generalmente involucra otros sentimientos (muchas veces inconscientes) de enojo, inseguridad, desesperanza, etc. y pensamientos como: "Es injusto", "no se lo merece", etc.

Cuando una persona sufre, presenta alguna de las siguientes características:
  • Cree que se va a enfrentar a un daño físico, psicológico o social importante, es decir, se siente amenazada.
  • No acepta el dolor o la situación relacionada con el sufrimiento y se rebela: "¿Por qué a mí?, no es justo, no debería ser así", etc.
  • Se siente incapaz de hacerle frente, ya que está convencida de no tener los recursos necesarios para vencer la amenaza (solucionar el problema o acabar con el dolor) de manera exitosa, por lo que se siente indefensa.
  • Vive un grado importante de incertidumbre.
    No sabe cuándo o cómo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones piensa que esa situación va a durar por siempre.
  • Cree que no lo va a poder soportar.
  • Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control sobre lo que sucede e incluso sobre sí mismo, que se manifiesta en la intensificación de diferentes emociones: depresión, enojo, autocompasión, etc.



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