LA TOMA DE DECISIONES

 La toma de decisiones como una constante en nuestra vida nos hace ir trazando la vida que queremos y no aquella que deberíamos o que se espera.

La felicidad va de la mano de esa capacidad de poder decidir y podemos preguntarnos¿Decidir qué? pues podríamos pensar desde lo más básico cómo puede ser decidir si nos movemos o nos quedamos quietos frente a un problema, una situación nueva, un cambio de trabajo, de pareja, de ciudad, el nacimiento de un hijo...

Cuando hablo de decidir si moverse o quedarse paralizado me refiero a la idea de ver qué quiere hacer uno con aquello que le esta molestando, qué le esta haciendo sentirse incomodo, elegir y decidir para la vida de uno aquello que le haga estar lo más feliz posible, lo más agusto posible consigo mismo en los diferentes instantes del día.

Importante es no perder de vista que eso de ser feliz no sucede las 24 horas del día pero que nosotros nos encargaremos con nuestras decisiones de  estar cerca de esa sensación o de algunas que se le parezcan. Si tratamos la felicidad como algo constante en la vida de uno nos estaremos equivocando y surgirá la frustraccion,por ello es necesario tener presente  que esta sensación viene y va, fluctua continuamente.

Cuando se trata de decidir a veces uno no ve claro hacia dónde se inclina más la balanza pero es importante recordar que si uno escucha a su sensación y no solo a su razonamiento y a su cognición a veces las decisiones se vuelven más claras. Recuerda que decidir implica también renunciar y soltar, dejar atrás aquello con lo que no te quedas, que posiblemente te aporte también ciertas ventajas pero que a buen seguro aquello por lo que te decantes, será, al menos a día de hoy, aquello que tu estas necesitando. Siempre siempre hay opción de volver a decidir, si no te gusta la elección que tomaste tienes derecho a redecidir otra diferente, no te olvides de darte ese permiso.

¿Pensaste ya que vas a elegir hacer con tu día de hoy para propiciarte momentos de felicidad?